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Historia​



Foncebadón aparece, por primera vez en los libros de historia, como sede del Concilio del Monte Irago, celebrado en el año 946. Más tarde, en el Siglo XI, un ermitaño que habitaba la zona, Gaucelmo, crea una hospedería para atender al cada vez creciente número de peregrinos que acudían a visitar la tumba del apostol Santiago. Por esta labor, el Rey Alfonso VI de León concede en el año 1103 a Foncebadón un favor real que le eximía del pago de impuestos. Se tiene constancia de la existencia, en aquélla época, de un albergue, la Hospedería de Gaucelmo. No obstante, existen indicios de actividad en la zona mucho antes de aquella época, y es que, a pocos cientos de metros del pueblo, se encuentran restos de una mina de oro de origen romano.

 

Foncebadón no pierde su importancia como lugar estratégico, ya que se encuentra junto al único paso de montaña hacia El Bierzo de la época. Aparte de los peregrinos, el pueblo era muy transitado por los arrieros maragatos en su trasiego de mercancías a lo largo de los siglos XV y XVI. Debido a su situación en alto, era un lugar de parada obligada para un descanso.

 

Durante la Guerra de Independencia contra los franceses, la población queda totalmente destruida, pero vuelve a resurgir un poco más al Este de su ubicación original, en un lugar un poco menos protegido de las inclemencias meteorológicas, pero menos dado a la formación de neveros o ventisqueros, que incomunicaban totalmente a la población durante los largos y duros inviernos. Aún hoy día pueden verse las ruinas del convento, con la torre de la iglesia y los muros del cementerio actual, ya que el primitivo se encontraba donde se ubica hoy día la iglesia de Santa María Magdalena.

 

A lo largo del Siglo XX, Foncebadón empieza a perder habitantes aceleradamente, debido a la emigración de sus gentes a las grandes ciudades, hasta que, en la década de 1990, sólo quedan censados dos habitantes. Con el resurgimiento del Camino de Santiago como forma de peregrinación y turismo alternativo, el pueblo empieza a recuperar poco a poco su vida, a pesar de que gran parte de sus edificaciones se encuentran derruidas. Son varios los negocios que abren sus puertas al calor del Camino, e incluso varias familias se trasladan al pueblo para vivir aquí de forma permanente. Hoy día, el pueblo tiene 22 habitantes censados.

 

Durante años, en las distintas guías del Camino de Santiago, Foncebadón desapareció como final de etapa tradicional, pero hoy día vuelve a recuperarse como tal, siendo el número de peregrinos que acuden a descansar a nuestro pueblo significativamente mayor.

 

Foncebadón tiene un aire místico, y es que, ya los celtas consideraban que el Monte Irago, sobre cuyas faldas se encuentra el pueblo, es un lugar sagrado. Según la tradición mitológica celta, por sus montes viven duendes y trasgus, brujas y ermitaños, y animales mitológicos como el cuélebre, el yobu y la xana.

 

Cruz de Fierro

 

Si hay un punto singular en Foncebadón, ése es la Cruz de Fierro (más comunmente conocida como "Cruz de Ferro", aunque este nombre es erróneo, ya que es la traducción al gallego, aunque se encuentra situada en una zona de clara influencia del idioma leonés tradicional).

 

Se trata de un montón de piedras, sobre el que se alza un poste de madera coronado por una cruz latina de hierro. Se cree que el origen del montón de piedras puede ser de época astur y que era un lugar de reunión de los ermitaños para intercambiar conocimientos y sabiduría. En la actualidad existen otros dos montones más, de los cuatro que coronaban el Monte Irago orientados a los cuatro puntos cardinales, siendo el de la Cruz de Fierro el que mira al Este. Ya en época romana, las gentes que pasaban por el lugar, dejaban un guijarro a su paso como homenaje al dios Mercurio. Fue Gaucelmo quien colocó el poste de madera y la Cruz de Fierro sobre él, cristianizando esa costumbre. La Cruz de Fierro original se conserva en el Museo de los Caminos de Astorga, siendo la actual una réplica de aquélla.

 

Cuenta la leyenda del Camino de Santiago, que los peregrinos deben acarrear durante toda su peregrinación con una piedra que simboliza sus problemas y preocupaciones, y depositarla en la base de la cruz, liberándose de esa forma de los mismos. Son muchos los peregrinos que traen las piedras desde sus lugares de origen, con mensajes y recuerdos escritos en ellas, convirtiendo el momento de dejarlas en un íntimo instante de reflexión o recuerdo.

 

Todos los años, para la fiesta de Santiago Apóstol, el 25 de julio, se celebra una romería en este lugar, sacando de la pequeña ermita la figura del apóstol en procesión.

Historia y Alrededores

Foncebadón es uno de los últimos pueblos de la Maragatería, comarca del Oeste de León, antes de entrar en El Bierzo, situado en el Monte Irago, a 1450 metros sobre el nivel del mar, junto al puerto de montaña del mismo nombre. Se encuentra entre las ciudades leonesas de Astorga y Ponferrada, a 26 y 30 kilómetros de éstas respectivamente.

 

Alrededores



Cascada de la Fervencia

 

Muy cerca de Foncebadón podemos encontrar la Cascada de la Fervencia, en el Arroyo de la Molina, y que tras diversos avatares por la montaña, llega a verter sus aguas al Río Tremor, cerca del Puerto del Manzanal. La ruta senderista hasta allí es corta y de dificultad baja.

 

Pueblos cercanos

 

Durante la época de mayor auge de Foncebadón, entre los siglos XI y XIV, el territorio controlado por el convento aumentó en gran cantidad, incluyendo poblaciones como Manjarín, Prada de la Sierra y Labor de Rey, algunos de ellos ya abandonados hace décadas. Precisamente en Manjarín se ubicaba la segunda alberguería que regentaba Gaucelmo, y en ese lugar vive actualmente el que se denomina a sí mismo "el último Templario".

 

Alrededores

 

Ya fuera del término municipal histórico de Foncebadón (hoy día pertenece al ayuntamiento de Santa Colomba de Somoza), podemos encontrarnos con otros pueblos abandonados hace décadas, como pueden ser Folgoso del Monte, Castrillo del Monte, Poibueno, Matavenero, Fonfría, Palacios de Compludo... Todos ellos fueron pueblos habitados que, por su situacion en la alta montaña y sus duras condiciones climatológicas, fueron abandonados por sus habitantes. En alguno es posible encontrar alguna casa rehabilitada, pero es algo puramente anecdótico.

 

Montaña leonesa

 

Foncebadón ofrece, como pueblo de montaña que es, multitud de caminos y senderos por los que hacer excursiones y rutas. Los amantes de la naturaleza encontrarán aquí un remanso de paz, alejado del bullicio de las ciudades y de pueblos de mayor tamaño, permitiéndoles perderse entre los frondosos pinares que se muestran hacia El Bierzo, o disfrutar de los paisajes y vistas abiertas hacia la Maragatería y los Montes del Teleno.

 

Pero no sólo hay caminos y senderos desde Foncebadón. Acercándose a los numerosos pueblos de los alrededores, podremos encontrar muchos más caminos y senderos. Podremos llegar a cascadas como la del Gualtón, cerca de Carracedo de Compludo, visitar la antigua herrería de Compludo, movida únicamente con la fuerza del agua y que se conserva aún hoy día, podremos acercarnos a Peña Galén, donde cuenta la leyenda que está la guarida del cuélebre, o incluso llegar a la antigua estación de esquí del Morredero.

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